martes, 18 de enero de 2011

Discrepancia entre México y sus vecinos por los secuestros de inmigrantes

Desde el 16 de diciembre, cuando al menos medio centenar de inmigrantes ilegales de Centroamérica fueron secuestrados en Oaxaca, sin que se sepa hasta ahora su paradero, El Salvador, Guatemala y Honduras exigieron a México actuar contra el fenómeno que según la Comisión Nacional de Derechos Humanos causó que unos 10.000 extranjeros indocumentados fueran secuestrados el año pasado.



 La semana pasada una delegación del gobierno de México encabezada por el vicecanciller Rubén Beltrán  viajó a Guatemala y El Salvador para tratar el tema. A su regreso, Beltrán dijo que "los crímenes que se realizan en México empezaron fuera del país". Según el funcionario mexicano "los enganchadores, las células del crimen están en Honduras, El Salvador y Guatemala. Hay anuncios clasificados donde se oferta: 'viaje a Estados Unidos, no camine, garantizamos cuatro intentos ante notario y un teléfono', y este es un indicio". El funcionario resaltó la necesidad de que este problema se enfrente "de manera conjunta y con el principio de corresponsabilidad" entre México y los gobiernos de Centroamérica y de América Latina en su conjunto.

Por su parte, el embajador salvadoreño en México, Hugo Carrillo Corleto, rechazó la imputación de las autoridades nacionales de que los crímenes de emigrantes centroamericanos tienen su origen en esas naciones, y responsabilizó a los grupos criminales. "Es cierto que las redes de traficantes de personas no operan sólo en México, pero existe una conexión entre los traficantes mexicanos y los de Estados Unidos, que es donde se cobran los rescates de los secuestros muchas veces; entonces, yo no acepto el término de que se originan".

El cónsul de Guatemala en la capital mexicana, Héctor Sipac Cuin, sólo indicó que la posición de su Gobierno se fijó en un comunicado, en el cual se acepta que el crimen organizado transnacional es el principal enemigo de los indocumentados.

El padre Alejandro Solalinde Guerra, coordinador del albergue Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca, lamentó que en lugar de “pasarse la pelota unos a otros”, esos países no estén aplicando acciones inmediatas para poner un alto a los secuestros y extorsiones perpetrados por la delincuencia y consideró que el gobierno federal mexicano busca limpiar la imagen del país, pero no puede negar que los delitos se perpetran en su territorio mediante organizaciones criminales mexicanas como los Zetas.

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