martes, 9 de noviembre de 2010

Muere el represor Massera

85 años tuvieron que transcurrir para que la "pálida dama", disfrazada de accidente cerebro vascular, viniera ayer a llevarse a uno de los últimos símbolos de la  dictadura argentina: el temido represor Emilio Eduardo Massera. Este entrerriano que mantuvo en vilo al país entre 1976 y 1983, protagonizó una de las etapas más siniestras de la historia argentina. Massera integró la Junta Militar que destituyó a Isabel Martínez de Perón y organizó la represión y la muerte de miles de ciudadanos en nombre del llamado “Proceso de Reorganización Nacional” que asumió la conducción del país el 24 de marzo de 1976. El “Almirante Cero”, se erigió como uno de los personajes más temidos del Ejército, en compañía de otros dos comandantes en jefe no menos sanguinarios, Orlando Ramón Agosti (ya fallecido) y el ex general Jorge Rafael Videla, que presidió la Argentina entre 1976 y 1981 y con 85 años es el que aún vive.

Massera, Videla y Agosti, instauraron la dictadura en Argentina el 24 de marzo de 1976.

El ex jefe de la Armada fue condenado a reclusión perpetua en 1985 por tres homicidios agravados, torturas, privación de libertad, amenazas y robo. Cinco años después fue indultado por el ex presidente Carlos Menem mediante un decreto. Pero esa decisión fue desestimada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en tiempos de Néstor Kirchner, que promovió la conformación del máximo tribunal y las causas relacionadas a los derechos humanos.


En 1998, “El Negro”, como también era conocido Massera, volvió a prisión por una causa de robo de bebés nacidos en cautiverio de madres desaparecidas y por la apropiación de propiedades de desaparecidos. En el año 2002, sufrió un derrame cerebral que lo dejó al borde de la muerte cuando cumplía prisión domiciliaria con tres prisiones preventivas en dichas causas. El ex dictador quedó a partir de entonces postrado en un cama  y la Justicia lo declaró “insano, incapaz de afrontar un juicio penal”. Las causas fueron suspendidas.

Reclamado por jueces de varios países, entre ellos España, acusado de crímenes de lesa humanidad, Massera es otro siniestro personaje  que escapa a la justicia, como otros tantos que han muerto y están a punto de hacerlo sin ser debidamente juzgados. Los intrincados mecanismos judiciales favorecen la dilatación de los procesos. Los crímenes cometidos por las dictaduras que lamentablemente han azotado y aún azotan el mundo deben tener a sus culpables juzgados y condenados a su debido tiempo sin que la muerte extinga sus culpas.

La desaparición física de Massera sin haber pago la deuda por sus crímenes, es seguramente una mala noticia para los familiares de los cerca de 30.000 desaparecidos  que dejó  la dictadura militar argentina. Esos mismos familiares son los que luchan desde hace  tres décadas para que la justicia les devuelva  a sus hijos y la poca dignidad que todavía les queda.




2 comentarios:

  1. Quizás la justicia como tal no haya actuado, pero sus últimos ocho años de vida demuestran, al menos en este caso que, al final, cada uno tiene lo que merece.

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  2. En realidad, todos estos criminales, porque no tienen otro nombre, acaban pagando poco por todo lo que han hecho. Por desgracia hay bastantes ejemplos.

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