Tres mujeres valientes

¿Qué tienen en común Marisol Valles, Verónica Ríos y Olga Herrera?  Estas tres mujeres han asumido la responsabilidad de dirigir tres comisarías de policía en Chihuahua, una de las zonas más inseguras y violentas de México y del mundo.

Marisol Valles

El pasado mes de octubre, Marisol Valle García, de 20 años de edad y madre de un niño, asumió la jefatura de la policía de Praxedis, situado en el Estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos y considerado uno de los más violentos de México. Marisol aceptó el puesto después de que el alcalde buscara entre todos los hombres del pueblo, un municipio de 3.400 habitantes situado junto a Ciudad Juárez, el territorio que desde hace tres años se disputan dos de los cárteles más peligrosos de México. El problema no era hacerse cargo de los 19 agentes de la plantilla policial, sino, sencillamente, era mantenerse con vida en un lugar donde ésta no vale nada. Casada y estudiante del último curso de Criminología, Marisol aceptó el reto a pesar de que cada año son asesinadas 2.600 personas sin que la Policía Federal ni el Ejército sepan quiénes aprietan el gatillo. "Aquí toda la gente tiene miedo, todos tenemos miedo, pero vamos a cambiar ese miedo por seguridad", declaró Marisol el día de asumir el cargo.

Olga Herrera.

La ola de violencia que sacude la región no ha impedido el que otras dos mujeres valientes acepten el desafío. Olga Herrera Castillo y Verónica Ríos Ontiveros aceptaron el cargo semanas después de conocer la noticia de Marisol Valle. Verónica, que ha sido elegida comisaria de El Vergel, situado al sur de Ciudad Juárez, ha declarado a los periódicos que el caso de Marisol le terminó de convencer. “Si allí hay una mujer pues por qué aquí no. Por encima de todo están nuestros hijos y hay que darles un futuro mejor a pesar de la crisis que estamos viviendo. Hay que rescatar los valores que se han perdido y que mejor que como policía", asegura la nueva comisaria. 

Cuando Olga Herrera vio a Marisol en la televisión pensó que "si una chiquilla de 20 años puede hacerlo, por qué yo no". Es así que esta ama de casa de 43 años y madre de cinco hijos, se encargará de la seguridad en el poblado Villa Luz. Ella ha prometido tras su nombramiento trabajar por su familia y "para ayudar en el pueblo", aunque al mismo tiempo reconoce tener miedo:"De repente me da miedo, pero me animan y se me quita".

Tener miedo es normal. Sobre todo cuando se asume un puesto de trabajo de este tipo en la región más violenta de un país que atraviesa su año más sangriento desde la revolución. Los datos son escalofriantes: 10.000 muertos en 10 meses. Los cárteles de la droga parecen tener sus propios conceptos de Ley, Justicia y Derechos Humanos.  



Fuentes: El País, El Mundo, Diario de Juarez